Esperpento histórico

Esperpéntico partido el del Sevilla ante el Real Madrid, el ridículo ha sido espantoso e histórico pues nunca el Sevilla F.C. en 106 años de historia había recibido 6 goles jugando como local, penosa la imagen de un equipo que necesita una reestructuración urgente, y es que el equipo de Manzano fue una caricatura de equipo y se mostró en todo momento a merced de un Real Madrid que andando y practicamente sin despeinarse goleó sin piedad a un Sevilla del tbo. Un partido que ya desde el minuto 1 se veía que iba a acabar mal, un Sevilla sin alma, sin encontrar el sitio en el campo, sin futbol, sin calidad, sin profundidad, sin encontrar un mísero contragolpe y lo que es peor sin huevos deámbulaba por el terreno de juego y que parecía que estaba esperando cuantos eran los goles que le iban a caer, paupérrima la imagen de un equipo que quien lo ha visto y quien lo ve.

No voy a escribir mas sobre el humillante ridículo que ha hecho el Sevilla, voy a escribir mis sensaciones de lo que para mi es ahora mismo el Sevilla F.C, la verdad es que no tengo palabras para contar lo que he visto en el Ramón Sánchez Pizjuán. No se ni  como ni por donde empezar. El Sevilla F.C., nuestro Sevilla F.C., el equipo de nuestros amores, no existe, ha desaparecido del mapa futbolistico, y lo que es peor creo que no va a volver, por ahora. Se ha ido, se fue y nos han traido otro que no es nuestro Sevilla, nos lo han mangado y nos han pegado el cambiazo, nos han traido a ¿futbolistas? que se ponen nuestra centenaria camiseta, nuestro glorioso escudo y que ¿juegan? en nuestro Santuario, pero no, no es nuestro Sevilla, ese Sevilla que con mas o menos calidad los JUGADORES se partian los huevos para defendernos por los campos de España y de Europa con dos cojones, podian ganar o perder porque esto es deporte, pero el honor y la profesionalidad de aquellos JUGADORES quedaban inmaculados. Solo le pido a los de la planta noble que nos devuelvan a nuestro Sevilla, que lo saquen ya de donde lo tengan escondido, yo seguiré yendo a la bombonera de Nervión y seguiré esperando aquel equipo que ganara o perdiera me hacía estar orgulloso de ser sevillista.